El nombre y el logo de nuestra empresa toma su nombre de un árbol muy apreciado y utilizado constantemente por el hombre a lo largo de su historia: el Olmo.

El Olmo ha aportado al ser humano todo tipo de productos. Desde forraje a madera, pasando por remedios medicinales o incluso conexiones con el mundo de los espíritus.

El forraje es uno de los regalos más prácticos: las hojas del árbol son ricas en proteínas, almidón y minerales y muy apreciadas por los animales de granja.

La madera, además, se utilizó durante siglos para carros, muebles, canalizaciones… Su duro tronco y raíz pivotante lo hizo ideal para contener la tierra en construcciones viarias, diques y canales. Su resistencia a la humedad y podredumbre lo convirtió en materia prima para la industria naval, y las olmedas se extendieron en el siglo XVIII por la Península para surtir los astilleros de material de construcción de navíos. Fue viga de techos y pilar de puentes, banco y borriqueta de talleres, apero de labranza y yugo de bueyes. Y en las plazas de las villas su abundante sombra mitigó fatigas.

Tanto griegos como romanos empleaban los árboles como soporte para el crecimiento de las vides, incluso era considerada la adecuada para las puertas de los templos en Grecia y se plantaba en cementerios por su conexión espiritual con el más allá.

Con la corteza del olmo preparaban los indios norteamericanos infusiones para tratar tos, resfriados o fiebre y algunas tribus creían que aliviaba los dolores del parto. La conexión espiritual entre el hombre y el olmo también ha sido rica. Se los asocia con las hadas y Hay leyendas escandinavas que dicen que en sus huecos estaban las puertas que unían el mundo terrenal con el de los muertos.

Desde mediados de siglo XX, la epidemia de grafiosis comenzó a asolar los campos y montes peninsulares, durando hasta nuestros días. Prácticamente el noventa por ciento de los olmos desaparecieron en España en las últimas décadas, hasta convertirse hoy día en una especie en peligro de extinción.

Zumarpe, significa literalmente en euskera: Bajo el Olmo. A la sombra de este árbol milenario crece nuestra empresa, una semilla que germina y crece gracias al trabajo de todo el equipo que la conformamos. Buscamos crecer, extender nuestras ramas y crear nuevas viviendas, hogares, que den cobijo a nuestros clientes del mismo modo que las primeras cabañas fueron creadas con sus ramas. Os lo contábamos en éste post y ese sigue siendo nuestro camino y nuestra filosofía ¿Te unes a nuestro viaje?