El COVID ha puesto patas arriba nuestras vidas y ha hecho que nuestra escala de valores cambie, cosas a las que antes no dábamos importancia ahora de repente la adquieren sobremanera. Una de esas cosas que han cambiado ha sido sin duda el modo en el que miramos nuestra vivienda.

Con las circunstancias presentes, mantener en nuestra vivienda unas condiciones de salubridad se ha convertido en una prioridad para muchos de nosotros, y cuando hablamos de salubridad debemos hablar sobre la calidad del aire que respiramos.

Según los expertos:

Los riesgos de contagio con el virus de la COVID-19 son más altos en espacios abarrotados e insuficientemente ventilados en los que las personas infectadas pasan mucho tiempo juntas y muy cerca unas de otras. Al parecer, en esos entornos el virus se propaga con mayor facilidad por medio de gotículas respiratorias o aerosoles, por lo que es aún más importante adoptar precauciones.”

El ventilar la vivienda para evitar el contagio se convierte en una necesidad constatada hasta por la OMS, pero no vale hacerlo de cualquier manera. Recientemente la Normativa Básica de Construcción relativa a la Salubridad ha sufrido actualizaciones para cubrir las exigencias de hoy en día. Una de las más relevantes consiste en la completa eliminación de la ventilación Natural como método fiable y eficiente para mantener la calidad del aire en unos niveles en los que las concentraciones de CO2 no resulten nocivas para la salud en nuestra vivienda. Ha quedado constatado que una ventilación constante mantiene en parámetros saludables indicadores como el CO2 (por debajo de 1500ppm).

¿Entonces? ¿Qué solución tenemos para mantener nuestra vivienda bien ventilada?

Uno de los sistemas más eficientes actualmente en el mercado son los sistemas de ventilación mecánica controlada con recuperación de calor ( doble flujo). Este sistema renueva el aire mediante la inyección de aire limpio del exterior y la extracción del aire viciado del interior a través de ventiladores.

Estos equipos disponen además de gran cantidad de filtros que permiten ir cerrando el tamiz llegando hasta los filtros F9, con lo que podemos filtrar elementos como el polvo y el polen, mejorando la calidad de vida de personas alérgicas a estos patógenos.

Los recuperadores de calor además aprovechan las propiedades psicométricas (temperatura y humedad) del aire que extraemos de la vivienda permitiendo precalentar en invierno o preenfriar en verano el aire que cogemos del exterior al hacer pasar ambos caudales de aire, sin mezclarse, a través de un intercambiador. Con esto conseguimos que el consumo energético de la vivienda sea mucho menor, otro punto muy importante a su favor.

Como todas las instalaciones de una vivienda, estos equipos deben dimensionarse para su correcto funcionamiento de acuerdo a parámetros tales como el volumen de aire de la vivienda o la ocupación y por supuesto conforme a la Normativa vigente.

El precio de la instalación de uno de estos sistemas depende mucho de las características de la vivienda por lo que un estudio personalizado es absolutamente necesario, pero, a modo orientativo, la instalación de estos equipos para un piso de unos 90m2 puede rondar unos 7.000€

Si estás preocupado por la correcta ventilación de tu vivienda y quieres mejorar la calidad de vida de sus ocupantes no dudes en contactarnos para que podamos estudiar tu caso y ofrecerte una solución personalizada, en estos momentos la mejor inversión que podemos hacer es en SALUD.